Me ufano de saber numerosas cosas, aunque soy consciente de que son muchísimas más las que no conozco. Me educaron tres años de preescolar (salita rosa, salita verde y salita celeste), siete de escuela primaria, cinco de secundaria y cinco de universidad. Son veinte años de enseñaza que me permiten hoy saber, por ejemplo: que la estructura electrónica del benceno es la de un híbrido de resonancia; lo que son las derivadas e integrales; que la “m” va antes de la “b” y de la “p” o que Luís XV no tenía todos los patitos en fila.
El saber no ocupa lugar, dice el dicho, y se ve que mis maestros intentaron refutarlo llenándome la cabeza con todo tipo de información.
Aprendí otras cosas como: a robar nísperos de una casa abandonada; que a un caído se lo ayuda, no se le pega; como eludir a un defensor haciendo una pared con el cordón de la vereda; que olor tiene el barro; a distinguir a quien no confiarle ni un suspiro, de aquel a quien se le puede entregar el corazón; que a un amigo nunca se lo traiciona; que aprender es para siempre; que el primer beso en un zaguán es el que más se teme y menos se olvida; que siempre hay alguien más fuerte que uno, capaz de dejarte un ojo en compota, y otro más débil, al que podés hacer huir de un boleo en el culo; que si vamos todos juntos, los patoteros de la otra cuadra no podrán pegarnos; que para saber andar en bicicleta hay que caerse muchas veces; que el dolor, por más profundo que sea, siempre pasa y la alegría también, y que nunca podré volver a ser el mismo de ayer. Aprendí estas cosas también pero, a ellas, las aprendí en la calle
Buena escuela esta tambien la de la calle, antes se vivia más en ella o se vivia de otras maneras, pero lo que sí es cierto es que no se olvidan sus enseñanzas.
ResponderEliminarGusto pasear y aprender de tu calle.
Un beso Gambetas.
Amigo, que buen texto. Tanto original prisma para ver la calle como por la ironía destilada durante todo el relato.
ResponderEliminarUn abrazo.
En la calle, cuando la calle era nuestra, se aprendía la vida, como la que cuentas con tanta genialidad que me implica porque creo que también conozco esa calle, la he pateado.
ResponderEliminarBesitoooo amigo, disculpas, me es imposible comentarte, a ver si ahorita.
Dos formas de aprendizaje,hacerlo a la par nos provee de materia prima para discernir mejor en nuestro futuro adulto.Vaya que acodado a un mostrador se aprende,vaya que pateando adoquines por las noches en barra de amigos se aprende.
ResponderEliminarAqui no hay dicotomia,aqui hay suma de un todo.
Saludos cordiales
"yo aprendí filosofía... dados... timba...
ResponderEliminary la poesía cruel
de no pensar más en mí."
Me gusta leerte, siempre.
un fuerte abrazo
La vida permanentemente redefine nuestros conceptos.
ResponderEliminarSaludos
Que gusto leerte y confirmar que hemos aprendido las mismas cosas en calles diferentes.
ResponderEliminarQuizá, no eran tan diferentes, sólo que estaban lejos la una de la otra.
Sutíl ironía, y mensaje claro y contundente.
Abrazos
Esas enseñanzas que te dejó la calle son las que se emplean de manera automática :-)
ResponderEliminarSaludos!
La calle es una buena escuela o lo era aqui en la España en que yo transité mi infancia, ahora el miedo, las agresiones, los robos,...hacen que nuestros nietos no puedan tener esta escuela y en verdad se les nota.
ResponderEliminarGambetas me ha encantado. ¿Ah! Muchas gracias por promocionar a Baldomero ;-)
La calle como lugar de aprendizaje es una imagen tan cierta como entrañable. No podríamos lanzarnos al mundo sin tener en nuestro bagaje una buena carga de experiencias mamadas en la calle -en nuestra calle- esas que a la larga resultan ser más importantes que saber que Luis XV "no tenía todos los patitos alineados" jejejeje
ResponderEliminarUn saludo desde esta otra calle.
Dos escuelas de aprendizaje y ambas total y absolutamente necesarias. Todos vivimos en un ecosistema determinado y tenemos que aprender a desenvolvernso en él para un desarrollo armónico de nuestra vida. Magníficamente reflejadas en tu relato ambas fuentes de aprendizaje y experiencias.
ResponderEliminarUn abrazo.
Un viaje marcha atrás con el que nos has llevado al punto de partida: la calle, donde comienza el mundo.
ResponderEliminarUn saludo.
La calle es como un gran libro de Petete, te enseña todo lo que la educación omite y mas.
ResponderEliminarCuanto hace que no como nísperos!
un abrazo
Ceci te dejó el comentario en mi blog porque no pudo hacerlo aqui
Querido amigo. ME HA ENCANTADO!!!!!!!!
ResponderEliminarCómo cuentas todo lo que has podido aprender, con ese lenguaje tan especial y lindo que tenéis los de la otra orilla...
Magífico.
Besitos
Pués si, hay cosas que no se enseñan en la escuela, te las enseña la sociedad y todo lo que te rodea y también te hace mejor persona.
ResponderEliminarUn abrazo
rody sin dudas me quedo con este relato como mi preferido... jajaja... hacer una pared con el cordon .... SIIIII! como no!? sin dudas la mejor artimaña de las calles para cuando estabas uno contra uno y no tenías ni idea como pasarlo. excelente. Lo que se aprende en la calle no está en ningún libro. seguramente vuelva por más. un abrazo!
ResponderEliminarComo dijo el gran Fito, "si es por el maestro nunca aprendo...", describir la calle a través de la experiencia que esta te ha transmitido no solo es original, si no digna de mi jodio argentino que siempre tiene un punto de vista distinto a la hora de ver el mundo, ese que engancha a leerte siempre que puedo, anda, ven, que te de un abrazo de esos que reconfortan, miles de besosssssss
ResponderEliminarque soy un desastre, eso no me lo enseñaron a mí mis profesores ni las calles. eso me lo enseñó la reiteración en mis olvidos...le manda cojones..sabes, estoy comentando a todo el mundo de viva voz. claro, y para ello necesito el correo electrónico del comentado...y sé que tengo el tuyo. pero dóndeeee? ay, qué desastre¡¡
ResponderEliminaren fin, señor de las gambetas...por cierto, messi esta abonado a los jattrit o como se escriba...le manda cullons al messi del barsa¡¡..pero a lo que voy...la perspectiva que le has dado a tu escrto es más que interesante...diría que es incluso original. a eso hay que añadir que está más que bien escrito...por todo ello he de decirte que me encanta y que si hubiera de calificarlo al estilo universidad o al estilo maestro, tú rebasarías el 8.5...hay frescura en tu forma de escribir...y lo que al principio parece pedanteria, se convierte en un instante en foco enel cual medir lo que la calle aporta...es decir, la vida...
medio beso.
¡¡¡lo tengo, lo tengo, lo tengo!!!!, seeeeeeeeeee, soy más feliz que una codorniz!!!, que alegría cuando abro un paquetito de mi Gambetas, el libro precioso!!!, jajajaja,a ver si luego puedo conectarme en casa y te digo más cositas, si es que estoy emocionada!!!!, miles de besosssssssssssssssss
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